La psila del peral (Psylla pyri) es una de las plagas más importantes en perales causando considerables daños económicos.
Daños
Cuando la psila del peral se vuelve activa en primavera, lo primero que hace es alimentarse de hojas jóvenes y de flores. En verano se alimentan principalmente de nuevos brotes. Los daños
directos de la alimentación tales como la inhibición del crecimiento y la malformación de la hoja son de menor importancia que los daños secundarios causados por la melaza excretada. La
melaza mancha la fruta y las ramas y las vuelve de color negro. Esto resulta ser una pesadilla para los productores de pera. Además la psila transmite virus y debilita las yemas florales
de la próxima temporada. De esta manera no solo afecta a la cosecha de la actual campaña sino que la cosecha de la próxima campaña podría estar también en peligro.
Descripción y ciclo biológico
La psila del peral hiberna como adulto. A principios de año esta pequeña plaga se vuelve activa. Tan pronto como la temperatura es de unos 10ºC durante dos días sucesivos, se lleva a cabo
el apareamiento y las hembras comienzan a poner sus huevos. Esto normalmente ocurre a principios de la primavera. Será a mediados de la primavera cuando los primeros estadíos larvarios
aparezcan en el cultivo. Hay 5 estadíos larvarios y cada año se desarrollan entre 3 y 4 generaciones de la psila del peral. El clima juega un papel importante en la tasa de desarrollo.
Con una temperatura media de 10ºC, la psila del peral necesita al menos 100 días para completar el ciclo de vida. A una temperatura media de 23ºC su desarrollo tiene lugar solamente en un
mes. Los huevos miden 0,3mm de largo y cambian del color blanco al amarillo y después al naranja. El color de las larvas varía de un color rojo anaranjado a un negro amarronado. A medida
que envejecen las larvas son menos móviles y secretan más melaza. Después del 5º estadío larvario la psila del peral muda y se forma un adulto alado de 3mm de un color que varía entre el
negro y el marrón.